Las puertas, por su naturaleza, tienen una función básica: abrir el paso hacia un destino o impedirlo. Y en ese sentido, así como hace tiempo los anfitriones europeos les permitían el acceso a los entrenadores argentinos, hoy ponen candados y pasadores impenetrables que desnudan una realidad cruda: los técnicos argentinos se han convertido en productos de difícil exportación hacia el Primer Mundo. La onda expansiva de los repetidos fracasos en Europa ha generado que los D.T. de nuestro país se tengan que conformar con mirar a las grandes ligas por el ojo de la cerradura. Apenas eso. Y por el momento, la tendencia no da señales de cambios a mediano o corto plazo.En las principales ligas del mundo han prescindido de los entrenadores argentinos. Salvo la presencia de Mauricio Pochettino en España, quien asumió como un salvavidas para alejar de la zona del descenso a un deshilachado Espanyol de Barcelona, no hay técnicos de nuestra nacionalidad en ninguno de los campeonatos más prestigiosos del planeta. Ni en el resto de España. Ni en Italia. Ni en Inglaterra. Ni en Francia. Ni en Alemania. Ni... Apenas sobreviven, como consuelo ante una ausencia masiva, casos como el de Guillermo Hoyos, el único representante argentino al frente de un banco de suplentes del competitivo torneo griego. Jorge Mazias, periodista del periódico Sportday de Grecia, lo analizó para 2 de Punta de la siguiente manera: "No es tema de ser bueno o no. Lo que ocurre es que los equipos evitan fichar a técnicos que llegan de América por diferentes razones. Por ejemplo, por la distancia y por provenir de un fútbol muy diferente al de Europa. Por caso, en Grecia tampoco hay D.T. brasileños. Llegaron sólo Amorim y Paulo Campos pero ambos fracasaron. Aquí se encuentran con casos en que los técnicos no hablan inglés, algo muy importante, y los presidentes temen fichar sudamericanos porque no saben si se adaptarán pronto".En Italia y en Francia hay una coincidencia con Grecia: ajenos a un comportamiento camaleónico, los D.T. argentinos no se amoldan al fútbol europeo. En definitiva, no se adaptan ni a los sistemas tácticos, ni a las velocidades del juego, ni al roce físico en alza y, mucho menos, a vestuarios en donde comulgan jugadores de distintas nacionalidades y, en la mayoría de los casos, no se habla en español. Para Matteo Dotto, giornalista di Mediaset: "… el medio italiano es muy difícil de manejar para un técnico extranjero. Táctica en todos lados y en el fútbol moderno, con la excepción de Helenio Herrera en los ’60, se puede decir que ningún D.T. extranjero ha triunfado. Los que después ganaron títulos (como el sueco Nils Liedholm o el serbio Vujadin Boskov o el otro sueco Sven Goran Eriksson) fue porque sumaron gran experiencia en el Calcio como jugadores (es el caso de Liedholm y Boskov) o cambiaron sus convicciones luego de algunos años (como le tocó a Eriksson, que pasó de DT superofensivo a "italianista" convencido). Al respecto, también pesa mucho el fracaso de grandes técnicos argentinos en la década pasada. Carlos Bianchi, Cesar Luis Menotti, el mismo uruguayo Washington Tabarez tuvieron la posibilidad de dirigir a equipos importantes como Roma, Sampdoria y Milan pero, por un motivo u otro, no lo supieron aprovechar. En épocas más recientes, tampoco anduvieron bien Hector Cúper (nadie puede olvidar el título que perdió con el Inter en la ultima fecha del torneo 2001-02 y en la temporada pasada se fue al descenso con el Parma) y Daniel Passarella (cinco partidos y cinco derrotas con el Parma 2001-02)". Las estadísticas son contundentes.Desde Francia, mercado en el que realizó sus primeras experiencias Carlos Bianchi como entrenador (Stade de Reims, Paris Saint-Germain y Olympique de Niza), se impone un análisis similar. Guy-Henri Roger, redactor del prestigioso diario L'Equipe, se sumó a nuestro debate y sostuvo: "La Liga francesa es una de las más pobres de Europa. Actualmente, en los 20 clubes de Primera, sólo hay tres entrenadores extranjeros: Ricardo (Brasil) en el Mónaco, Pablo Correa (Uruguay) en el Nancy, y Memet Bazdarevic (Bosnia) en el Grenoble. Acá son rarísimos los D.T. extranjeros que han triunfado o ganado la Liga. También los directivos son muy cautos debido a que hubo muchas decepciones. Cuando vino Carlos Bianchi al Reims o al Paris, no triunfó. En el caso puntual de los entrenadores argentinos, la falta de presencia se debe a que quizá son demasiados caros o no les interesa estar en un club francés de segunda mano".Joel Richards, del diario The Guardian de Inglaterra, resume con acento londinense: "¿Cómo puede ser que un técnico que ha ganado un Mundial y dos Libertadores diferentes haya fracasado en Inglaterra después de tan solo siete meses?”. El caso de Luiz Scolari en Chelsea es instructivo para técnicos latinoamericanos en Europa. Más allá del gatillo fácil del ruso Abramovich, el dueño de Chelsea, no hay nada que lo haya preparado a Scolari para el micromundo de la Premier. Un buen curriculum no basta. Hoy día en la Premier, como en la ONU, se trabaja con traductores. Y es justamente ahí, en traducción o en un inglés chapurreado, donde se pierden las ideas de un entrenador. Que sus jugadores ingleses, argentinos, franceses, alemanes, checos, serbios, nigerianos, marfileños, portugueses y brasileños capten su mensaje y que compartan su visión de juego no es sencillo. En las ligas latinoamericanas los técnicos no tiene el problema ni adquieren la experiencia de saber manejar un plantel tan cosmopolita. Que hay entrenadores argentinos o brasileños de primer nivel no hay duda. Que triunfe en extranjero, ya es otra cosa.En el mundillo del fútbol doméstico, los D.T. sentencian que cada entrenador tiene su librito. Tan cierto como que en Europa ya no hay bibliotecas dispuestas a buscarles un hueco en sus estantes. Las ediciones viejas, ante la evolución constante del resto del mundo, salen pronto de circulación. Y sí, inevitablemente, les cierran las puertas en la cara…
*Publicado en la revista virtual de 2 de Punta
miércoles, 22 de abril de 2009
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