miércoles, 22 de abril de 2009

El remedio a 50 años de atraso*

Conscientes de los grandes cambios que sufrió la industria del fútbol mundial, Boca, Vélez y Newell's incorporaron una pieza que, lejos de solapar las funciones del entrenador, buscará profesionalizar la gestión del capital humano (el futbolista). En lugar de la personalización de la gerencia de fútbol, la meta será lograr la especialización de la misma. Quien no lo entienda, quedará librado a los menesteres de los viejos métodos de gestión. Es decir, a la continuidad de prácticas ejecutivas amateurs y al voluntarismo dirigencial por encima del talento y la eficiencia que exige el fútbol actual. En un mundo en constante evolución, detenerse es retroceder. Y esa regla rige para los clubes del fútbol de nuestro país. El manager no es un símil del entrenador: es mucho más que un DT (y a menudo, quien lo elige). Eso, claro, no debe verse reflejado sólo en las cifras más altas del contrato. Mientras el técnico (casos Ischia, Gareca o Sensini, por caso) está ceñido a la actualidad del equipo, el manager tienen un mayor alcance en sus tareas: debe gestionar. Es decir, llevar a cabo tareas vinculadas a la administración de presupuestos, supervisión de las Inferiores y hasta poseer un amplio conocimiento de marketing que le permita trazar un propósito estratégico a corto y mediano plazo. El manager debe tener un plan de negocios y anticipar potenciales proyectos. Y en su función, está claro que el conocimiento deportivo no lo será todo. Más en nuestro país, en donde equilibrar el balance y no malgastar el presupuesto es casi tan importante como ganar un campeonato. Así entran en escena los casos de Cristian Bassedas en Vélez, Gustavo Dezotti en Newell's y Carlos Bianchi en Boca."En Europa existe desde siempre. Yo llegué a Francia en 1973 y el club ya tenía una director deportivo. Acá, ese rol lo cumplen los dirigentes, que tal vez... Voy a contar algo: cuando hablé con Jorge (Amor Ameal, el presidente de Boca) la primera vez, durante una hora y media, me dijo algo que escuché por primera vez en un dirigente. «Carlos, vengo a buscarte para que te ocupes de todo el fútbol porque yo, de fútbol, no entiendo nada» , tuvo la humildad de decirme. Pero es muy difícil que los dirigentes lo reconozcan. Ellos no son profesionales y el club te quita muchas horas", comentó Carlos Bianchi en su conferencia de presentación. El manager tiene funciones básicas que conforman su A,B,C:*Aconsejar y asesorar a la Comisión Directiva en la elección del entrenador (ante un recambio, en Europa los directores deportivos proponen no menos de tres entrenadores, teniendo en cuenta el perfil buscado y el presupuesto del club).*Supervisar la formación del plantel ("el diretor deportivo debe hacer la plantilla, pero nunca a espaldas del entrenador", sentenció Javier Pérez, sectretario técnico del Alavés).*Y seguir con discreción y con detalle el andar del equipo, además de asesorar a los directivos ante una eventual crisis deportiva. "Hay un aspecto al que generalmente no se le da mucha importancia y para mí sí la tiene. Es el hecho de que el secretario técnico haya sido antes entrenador. Conocer el juego desde la perspectiva de diseñar, planificar, elegir, enseñar, corregir y ponerlo en práctica metodológicamente hablando le dará un mayor bagaje para poder acertar con mayor éxito en todos sus planteamientos. Además, en el caso de que el entrenador fuese cesado durante la temporada y ante una situación de emergencia, nadie mejor para ocupar ese puesto que aquel que intervino directamente en la composición de la plantilla", analizó Valero Rivera, ex entrenador de balonmano del FC Barcelona y asesor deportivo integral. ¿Sucede en la Argentina? Sólo con Bianchi, de contrastada carrera como DT. El resto carece de experiencia al frente de un equipo. En el mundo podemos encontrar distintos tipos de manager. En muchos clubes ingleses, el entrenador tiene un doble rol: dirigir y gestionar. Casos como Ferguson, Wenger o Rafa Benítez responden a esta definición, mientras que otros clubes como el Chelsea, por ejemplo, tiene entrenador (Mourinho/Scolari), director deportivo (Arnesen) y director deportivo ejecutivo (Peter Kenyon). De todas formas, más allá de las diferencias de perfil y de funcionalidad, el manager y el entrenador tienen un punto en común innegociable: ambos dependen de los resultados deportivos. La Argentina no será la excepción. Bianchi, Dezotti y Bassedas se sumaron a una extensa lista integrada por pesos pesados como Txiki Beguiristain (Barcelona), Mijatovic y Portugal (Real Madrid), Umberto Gandini (Milan), Alessio Secco (Juventus), Bobby Charlton (Manchester United), Gianluca Nani (West Ham), Frank Arnese (Chelsea), Ramón "Monchi" Rodríguez (Sevilla), Pierpaolo Marino (Napoli), entre tantos directores deportivos y manager de renombre. Maradona lo intentó en Boca en el 2007, pero su asesoría duró poco. River le realizó varias propuestas a Francescoli, pero todas fueron rechazadas por el Príncipe. Lo cierto es que ahora, tras una intensa búsqueda, el fútbol argentino ha sido padre de una criatura que la inestabilidad financiera demandaba. Por ahora, es apenas un remedio ante el gran caudal de clubes enfermos por sus malas administraciones, los negociados y las decisiones amateurs. Aún es un proceso embrionario. Pero poco a poco, nuestros manager dejarán los pañales y aprenderán a caminar. Valía la pena animarse al cambio. Aunque hayamos tardado 50 años en darnos cuenta...
*Publicado en la revista virtual de 2 de Punta.

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